He estado buscando razones para volver a escribir después de untiempo sin hacerlo. No es que me falten, es que necesitaba ponerlas en orden y aclarar un par de cosas...
Las que se me han ido ocurriendo son variadas (y algunas mejores que otras), pero aquí están:
- Tener algo que contar. Esta me parece fundamental, por eso la pongo en primer lugar. También por lo obvia que es, así que pretendo que la olvidéis tan pronto como sigáis leyendo.
- Tener necesidad de hacerlo, incluso física. ¿No os ha pasado alguna vez? Las manos van solas, buscan papeles, bolígrafos, teclados a los que aferrarse... Lo hacen de forma desesperada para que no se vaya de la cabeza esa idea, esa frase redonda, esa opinión, esa imagen.
- Encontrar algo mágico en este intercambio de opiniones que es un blog. A veces ese intercambio es constructivo y muy positivo, y mi experiencia al respecto es magnífica.
- Tener un relato o un artículo a medias y, de repente, ver claramente cómo continúa la cosa. No hay nada peor que un argumento atascado, una página que no avanza. A veces yo soy capaz de disipar mis propias dudas y ver luz al final del túnel. No sé ni como...
- Sentir esas enormes ganas de haber sido quien escribió la última novela que leí y querer emularle (¿por qué no?).
- Sentirte "literario" de repente, si es que este adjetivo puede usarse así, al preparar un café, al entrar en una librería o al tocar un cuaderno.
Todas estas cosas me han pasado a mí. El problema es que estas razones no germinaron tanto como para dar fruto. La buena, la que me ha traído aquí de nuevo, es bastante rocambolesca: el otro día me di cuenta de que ya no estaba habituada a escribir con el teclado de mi ordenador, donde siempre había escrito hasta ahora, sino que me había adaptado a la separación y a la inclinación de las teclas del ordenador del trabajo. Y eso, amigos, me pareció intolerable, y lo añadí a mi lista de razones para volver a escribir.
Pues me encanta que hayas encontrado tantas razones para volver a escribir. Que se te echaba de menos!
ResponderEliminarBesotes!!!
Como se suele decir: cualquier excusa es buena. Me alegro de que hayas encontrado una ;-)
ResponderEliminarBesos!!
Curiosa conclusión. Han sido numerosos los motivos de todas mis idas y venidas al mundo de la escritura (de hecho desde hace unos meses me encuentro en dique seco), pero creo que, a pesar de mi oficio además, ninguno estaba directamente relacionado con el mundo de la informática. Lo bueno en cualquier caso es tenerte de nuevo por aquí.
ResponderEliminarA mi modo de ver, el principal problema de no escribir, al igual que de no cocinar o de de no hacer a mano divisiones con decimales, es que el hábito mismo se acaba degradando. Lo peor de todo es esa sequía mental (agravada si las lecturas son intermitentes y lentas) se torna en dudas absurdas a la hora de escribir una palabra o expresión, a la hora de dar forma con palabras a una idea que parece sencilla y clara en nuestra mente, a la hora de algo tan simple como buscar un simple sinónimo para una palabra (válgame el juego de palabras).
De alguna forma, apelando a Orwell, parece que los tiempos nos empujan hacia la inmediatez en la comunicación, hacia los conceptos simples, hacia los vocabularios reducidos por pura practicidad (¿para qué conocer 3000 palabras si resulta que con 300, machacadas además para que pasen via Whatsapp, es más que suficiente?). Cuando leí 1984 me espantó la idea de un lenguaje cada vez más comprimido, reducido a conceptos: cuantas menos palabras y por tanto ideas manejes, menos probable será que intentes salirte del redil social.
Divagaciones aparte, gracias por este y por los textos posteriores hasta la actualidad.
Un abrazo.