Curiosas las cosas que suceden a veces. Una empieza diciendo algo así como “pon un Eduard Cullen en tu vida” (leáse: el protagonista de Crepúsculo) y acaba pidiendo a su amigo un libro de culto sobre vampiros: nada más y nada menos que la primera parte de las Crónicas Vampíricas de Anne Rice.
He aquí la historia de dos vampiros, Lestat y Louis, contada en primera persona por éste último. No entraré en detalles del argumento porque no me gusta chafar obras sublimes (a mi entender ésta lo es, a nivel narrativo y creativo). Simplemente debe saberse que el libro narra la historia de Louis, cómo se convirtió en vampiro y por qué, quién le acompaña, cómo descubre quién es. Tampoco diré quién interpreta a Louis en la película que se hizo a partir de esta novela. No lo haré porque no lo sé. No la he visto, aunque para ilustrar mis comentarios utilizaré una foto de una de las escenas.
Bien. No parece nada del otro mundo lo que esconde el libro, una historia de vampiros, pero en mi opinión pensar eso es un error. Esta primera crónica incluye además bastantes ingredientes de miedo. No pensemos en el miedo físicos, el miedo de los gritos, los cuchillos, la sangre… (que también). No, este libro es de otro tipo de miedos.
Hay algo terrorífico en esta historia que me puso los pelos de punta desde las primeras páginas. Hombres y vampiros se enfrentan a lo mismo: el más absoluto miedo a lo desconocido. Los primeros no quieren morir, no saben lo que hay detrás de la delgada línea que separa la vida de la muerte, ansían la vida eterna. Los segundos quisieron lo mismo y pudieron tenerlo, sin embargo ahora no saben cómo dar fin a algo que se presume una eterna agonía (literalmente).
Louis tiene miedo a una vida que se presenta tal y como es, es decir: finita. Cuando consigue engañar a la muerte convirtiéndose en vampiro se encuentra dentro de una existencia que ahora le asusta precisamente por ser infinita, por ser perpetua y para siempre.
¿Hay algo más angustioso que la incertidumbre de no saber a dónde vamos? Parece ser que sí.
¿Son el bien y el mal la misma cosa, como extremos tan estirados que se tocan? Juzguen ustedes mismos.
Mi opinión sobre este libro es muy clara: leed esta novela. Hay cosas que no pueden dejar de leerse. Pero hacedlo de día por lo que pueda pasar. Interiorizad las palabras, oled los olores, sentid los tejidos... y sobre todo no busquéis lo que yo buscaba al principio.
Entrevista con el vampiro no es una precuela de Crepúsculo, aunque muchos de los conceptos de la famosa saga estén sacados de las páginas de la genial Anne Rice. Tampoco es el Drácula romántico de Stoker, ni nada que se le pueda parecer. Es un libro que va más allá.
A mí me ha alterado enormemente, quizá es que soy muy sensible. Pero a pesar de eso lo considero toda una experiencia y lo recomiendo. Hoy por hoy no seguiré leyendo la saga (necesito descanso mental), pero el final del libro me hace pensar que cualquier día volveré a pedirle a mi amigo que me deje otro libro, esta vez la segunda crónica: Lestat, el vampiro.
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