lunes, 14 de marzo de 2011

La barraca (Vicente Blasco Ibáñez)

Uno de mis mejores amigos es un fanático de la literatura de ciencia ficción y de fantasía épica. Cada vez que me comenta alguno de los libros que está leyendo me lo recomienda, y me lo ofrece. “Te lo dejo, si quieres”. Yo declino la oferta amablemente, aunque siempre dejo la puerta abierta por si algún día me apetece leerlo. ¿Por qué no? Él, que lo sabe, siempre me dice: “Tú es que eres más de realismo”.
Adoro las novelas realistas, y adoro clásicos como éste.
Ante la época de intenso trabajo en la que estoy ahora mismo, mi mente necesitaba algo sencillo para leer, algo que fuese entretenido pero que me permitiera leer tiempos cortos sin perderme en la trama. Mi madre me recomendó La barraca, y como ya he dicho que adoro el realismo, ni siquiera me lo pensé.






Esta es la historia de una familia que llega una parte de la huerta valenciana para labrar un trozo de tierra que le han alquilado. Esta familia, encabezada por Batiste, el padre, sólo pretende trabajar la parcela que se le ha asignado para dar el mejor futuro posible a sus hijos. Sin embargo, desconoce la historia que hay detrás de la barraca que él habita. Esa vivienda fue anteriormente ocupada por la familia del tío Barret durante varias generaciones, pero la imposibilidad de pagar al arrendador hizo que éste cayera en desgracia y se convirtiera prácticamente en una leyenda en la huerta.
Los vecinos de la barraca, el resto de trabajadores de la huerta, ven indignados cómo Batiste intenta por todos los medios sacar adelante el terreno y pagar la renta, porque lo consideran una ofensa a la memoria del tío Barret además de una forma de sabotear los intentos de los hortelanos de plantar cara a los ricos arrendadores de la ciudad de Valencia, dueños de las tierras pero meros espectadores de su labor y usureros de sus rentas. Esto ocasionará varios enfrentamientos entre la familia de Batiste y el resto de las que viven en la huerta, y harán imposible la convivencia de todos ellos en este espacio.

En esta obra empieza a verse retratado el primer germen de lo que serían los movimientos obreros que se desarrollan en los años posteriores. Además se trata de una novela breve, con las implicaciones que eso tiene. Podía haber dejado cabos sueltos o personajes sin definir debido a la falta de páginas, pero no es así. Podía haber terminado de forma brusca, o ser demasiado previsible, pero tampoco es el caso.


En mi opinión se trata de una creación magnífica de Blasco Ibáñez, una de esas que le consagran como el mejor retratista de Valencia y su circunstancia en el siglo XIX. Yo no había leído nada de este autor hasta ahora, pero una vez que he leído esta novela voy a intentar empezar otras que ya tenía pendientes desde hace tiempo, como La araña negra y Arroz y tartana. Lo que pasa es que para leer estas necesito un poco más de tiempo, y ahora no es precisamente lo que tengo.
Yo no soy muy imparcial, ya os he dicho que adoro los clásicos, pero vosotros ¿qué pensáis de este tipo de literatura?

4 comentarios:

  1. De buena gana dejaba los ordenadores aquí y me marchaba devorar un ejemplar de este libro que comentas. No he tenido el gusto de leer La barraca ni ninguna otra obra de Blasco Ibañez, pero me obligas a ponerlo en lista. Algunos detalles me recuerdan a la literatura de Pio Baroja, en especial a El árbol de la ciencia. Si no lo has leído, te lo recomiendo encarecidamente. Se trata de un libro pequeño en formato, pero muy grande en contenido.

    Remato el comentario respondiendo a la pregunta: los clásicos han de ser objeto de culto. No soy especilamente rígido en este aspecto, pero es inevitable reconocer que me aporta mucho más un texto de Lope de Vega, o de Unamuno por acercanos en el tiempo, que uno de Lorenzo Silva, aunque este último no desmerezca lo más mínimo y goce de mi respeto.

    Gracias por esta entrada. Un abrazo.

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  2. ¡Hola Corso! Pues sí, he leído El árbol de la Ciencia, aunque hace muchos años, y no me vendría mal releerlo para recordarlo y porque me encantó.

    El estilo es parecido a Pio Baroja, indudablemente, pero se parece aún más a mi escritor favorito: don Benito Pérez Galdós (del que desgraciadamente no he leído aún todo lo que debiera). Así que si te gusta, ¡ánimo!

    Un abrazo, y muchas gracias por pasarte por aquí.

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  3. Con esta obra aprendí una cosa muy importante. No leerme hasta el final el prólogo que acompaña al libro. Porque el día que decidí leerme el libro me lo leí y el maldito prólogo revelaba el final. Pillé tal cabreo que deje dormir el libro en mis estanterías el suficiente tiempo (años) como para olvidar un poco ese final tan tremendo.
    Magnífica obra de Blasco Ibáñez. Es la única que he leido del autor, pero me dejo con ganas de conocer más de sus obras.
    Besotes!!!

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  4. Efectivamente Margari: tremendo final para una gran obra. Yo tampoco he leído más de él pero estoy en ello. Dentro de nada reseñaré algo más de este autor porque me muero de ganas de seguir aprendiendo más.
    Muchas gracias por pasarte por aquí.
    ¡Besos!

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