Me cuesta escribir esta entrada. Me cuesta, porque no creo que yo pueda ni deba hablar de este autor. Lo bueno que diga de él será tomado por exageración; las cosas malas que eventualmente pueda decir en un futuro, porque hasta ahora no las he dicho y no sé si las diré nunca, serán una traición que difícilmente me perdonaría. Aún así lo intento, que para eso he abierto este blog…
Parece que no hace falta que diga que Don Benito Pérez Galdós es mi escritor favorito. Lo es por parte de madre, que es la que me ha metido en el cerebro el amor por él, desde bien pequeña. Ávida lectora de este autor, aunque de muchos otros también, ella ha realizado la gran proeza de haber leído todos y cada uno de sus libros en las obras completas de la Editorial Aguilar, incluso sus obras de teatro. Yo aspiro a ello con todas mis fuerzas. Para ella es su escritor favorito por parte de padre (de mi abuelo) que ya era fan cuando los Episodios Nacionales se vendían en folletines con el periódico y el lector esperaba ansioso la llegada del siguiente. Sé de buena tinta que a mi abuelo el periódico le importaba un bledo.
Yo, de momento, no he llegado a tanto. Sólo he leído cinco Episodios Nacionales, un par de novelas cortas y Fortunata y Jacinta. Como no puedo pararme a describir lo mucho que significa para mí cada palabra que él escribió, voy a intentar comentar los rasgos objetivos de la novela.
Fortunata y Jacinta es la historia de dos mujeres muy diferentes: una rica, la otra pobre; una llena de encanto, la otra apenas subsiste en el Madrid de finales del XIX; una es bella porque puede, la otra es bella, y punto; una es un engranaje perfecto de la sociedad, la otra no acepta nada de todo eso y lo rechaza abiertamente, porque no encaja en un corsé social para el que no ha nacido. Sin embargo tienen algo en común, y cuando esto se dice de una novela es que hay hombre de por medio, y así es.
Ambas se mueven por Madrid en busca de su sitio al lado de Juanito Santa Cruz, con mayor o menor suerte según sea la una o la otra. Él las trata según los cánones de la época, o sea, bastante mal… pero el que se lleve las manos a la cabeza que mire a su alrededor y verá que en muchos casos el comportamiento de las parejas a día de hoy es el mismo. Ama a las dos pero a ninguna, postura muy cómoda para él, pero que a ellas las mortifica por igual. Aquí no importa la casta ni el dinero porque el dolor es el mismo. Quién se lleva el gato al agua es cuestión de seguir leyendo, aunque con Don Benito siempre tengo la sensación de que la solución varía según la página y el personaje que hable.
El realismo escandaloso que maneja como nadie este autor nos lleva a conocer también a más de una docena de personajes secundarios y brillantes: madres, tías, vecinas, tenderos... Sus minuciosas descripciones de la circunstancia de cada uno de ellos, que al principio parecen gratuitas, encajan luego a la perfección en la telaraña que se teje, poco a poco, a lo largo de la novela.
Ese realismo es igualmente crudo y despiadado, hasta el extremo de llegar a un final difícil, injusto y sangrante. Pero así es la vida… No hay azúcar para la realidad de la época, para la desigualdad entre ricos y pobres en usencia de clase media que abunde, para las moscas en la cara de los niños de las corralas, para la ropa andrajosa y fina en invierno porque no hay abrigos, para el hambre porque no hay pesetas para ir al mercado. Nunca lo hay en sus obras, porque no lo había en la realidad. Fiel reflejo de un momento histórico en que no había derechos para nadie salvo para el que podía pagarlos; buena razón, además, para estar agradecidos por lo que tenemos, porque ese tiempo no es tan lejano como parece.
Me ha sorprendido, además, encontrarme con varias páginas en las que el autor nos regala pensamientos completamente atemporales. A mí, personalmente, me da exactamente igual lo que Don Benito pensara respecto de política, aunque lo conozco. Lo que me gusta de él es que, de boca de sus personajes no se puede decir que se le vea el plumero, porque tan pronto uno defiende una postura como su compañero defiende la otra, y ambas con argumentos igual de válidos y razonables. Gracias a esa bipolaridad de pensamiento he aprendido mucho de sus novelas y yo misma me he vuelto, en cierto modo, bipolar.
He encontrado en ésta novela, entre otras cosas, frases que pueden explicar perfectamente la crisis económica de hoy, comportamientos derrochadores y poco responsables que siguen llevándose a cabo en nuestros días… y así muchos rasgos de personajes y de la sociedad que me hacen pensar, sin lugar a dudas, que todo es cíclico, que todo vuelve, y que los conflictos no tienen espacio ni tiempo determinados.
Yo recomiendo este libro a todo el mundo… ¡qué voy a decir yo! Es una novela de las que dejan huella, de las que son largas, como a mí me gustan, de forma que al acabar ya llevas mucho tiempo en contacto con los personajes, y ya son parte de ti, ya los conoces, ya los has metido en tu vida como si fueran reales.
Pero reconozco que no es un libro que se pueda leer en invierno, de dos páginas en dos páginas porque el resto de obligaciones no nos dejan tiempo. Hay que dedicarle buenas horas de lectura para entrar en la trama… igual que Don Benito las dedicó para meternos en ella. Por eso yo siempre reservo estos libros para el verano, que es cuando puedo sumergirme en ellos como si fuese mi propia vida, sin prisas, sin ganas de apagar la luz y cerrar los ojos, ni obligaciones pendientes.
Si os animáis, sinceramente espero que os guste tanto como a mí.
¡Magnífica reseña! Yo soy también un apasionado de las letras de este escritor canario, a pesar de que ya hace tiempo que no leo nada de él. "Fortunata y Jacinta" es una obra maestra, disfruté muchísimo con la lectura (la primera vez mientras estudiaba filología, y una segunda vez fuera de la carrera). Aun así, hasta ahora mi novela favorita de Galdós es "Tormento", seguida por "La de Bringas"..
ResponderEliminar¡Un saludo!
¡Qué gran reseña! Me encantó esta obra cuando la leí por primera vez, y la disfruté aún más cuando la leí por segunda vez. Y estoy segura de que la releeré otra vez tarde o temprano. Y es que Galdós es también de mis autores favoritos. Gracias por traernos esta joya.
ResponderEliminarBesotes!!!
¡Me alegro de que la hayáis leído incluso dos veces) y que me deis vuestra opinión! En mi entorno sólo la ha leído mi madre... Y si encima sois fans como yo... bueno, ¡estoy muy contenta!
ResponderEliminarJesús, tomo nota de esas dos novelas, aunque creo que el día menos pensado empiezo desde el principio y hasta que las acabe todas.
¡Un abrazo a los dos!
Este libro por circunstancias lo tengo empezado (más de la mitad, o sea por el tomo segundo) pero no lo he podido terminar todavía, espero poenrle remedio a esto en breve. Estoy de acuerdo con tu reseña, es una novela buenísima y el retrato que hace el autor del Madrid de la época me resulta cuando menos apasionente.
ResponderEliminarPor cierto, eres de Gijón? me ha llamando la atención tu nick...yo soy de Oviedo.
Saludos!
¡Buena reseña! Yo la verdad, no soy mucho de este tipo de libros pero este en particular caerá tarde o temprano. Me gustan muchísimo los libros que tratan otras épocas y, más si son realistas.
ResponderEliminarPor cierto, acabo de empezar un blog y me gustaría que echáras un vistazo y me dieras tu opinión. El link es http://cristianspain.wordpress.com
Me encantaría que me dieras tu opinión.
¡Buen Blog! Saludos
Perdón por el retraso... he estado un poco atareada estos días!
ResponderEliminarPulgacroft: ¡Gracias por pasarte por aquí! A ver si te da tiempo a terminar esta fantástica novela, de verdad que creo que te va a gustar si ya te gustó el principio. Y no soy de Gijón... aunque mi mejor amiga es de Asturias.
Cristianspain: ¡Gracias a ti también! En breve te hago una visita.
Un abrazo a todos!
Pues ya me lo he traído de donde lo tenía así que espero retomarlo pronto.
ResponderEliminarGracias por tu respuesta,
Un saludo!
De Pérez Galdós leí en su día "Tormento", ¡maravillosa!, y "Miau".
ResponderEliminarbsos!
Estoy haciendo un trabajo y me gustaría saber cual es el año de publicación de esta novela.
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