miércoles, 2 de octubre de 2013

Tres reglas para utilizar un Kindle

Sí, ha sucedido. Creía que no llegaría el momento, que nunca me vería en la tesitura, pero sí. El mes pasado cumplí años y mi familia me regaló un libro electrónico. Un Kindle, para ser mas exactos. 

Como yo aún no tenía muy clara mi opinión acerca de estos dispositivos pasé la noche intentado dilucidar cómo llevaría el tránsito a la "vida moderna", esa vida en la que me resisto a participar muchas veces. Porque soy bloguera, sí, pero muy analógica todavía. De hecho, el regalo de mi pareja fue un precioso libro de los años 70 acerca de la historia de la ciudad donde veraneo, dedicada por el que fue su alcalde a uno de los ciudadanos célebres de la localidad. Ese libro tiene olor y tiene historia, y todos los que leemos apreciamos esas particularidades. 

Como os decía, pasé la noche intentando cuadrar un lector electrónico en mi vida de post-it, agendas, anotaciones y subrayados. Porque sé que puedo subrayar y anotar, pero nunca será lo mismo. 

Al día siguiente buceé en Amazon para ver qué me ofrecía la web. Tanteé el mercado de libros electrónicos y vi cosas muy interesantes, muchos libros que me gustaron a buenos precios (algunos altos para mi gusto, pero siempre más baratos que los libros físicos) y como lo que encontré me pareció bien le quité el envoltorio al aparato. 

Pero como soy un poco cuadriculada decidí ponerme una serie de reglas antes de utilizar mi Kindle. Las comparto con vosotros porque creo, por la cortísima experiencia que tengo con mi lector, que si uno se desboca en esto de los libros electrónicos a lo mejor la experiencia le parece nefasta, un maremágnum de archivos; y también porque he pensado que puede que alguno de vosotros aún sea reticente a estos lectores, por lo que os muestro la forma en que pienso utilizarlo por si os sirve de ayuda. 

Mis reglas para mi uso de mi lector electrónico

1. Comprar los libros en Amazon. 

Yo en Amazon porque me han regalado un Kindle, si no, en la web que fuese. 
No voy a hacer mucho comentario al respecto porque todos los que estamos aquí leemos y escribimos.

2. Comprar aquellos libros de divulgación que de otra forma no compraría. 

He decidido que, de momento, voy a utilizar mi lector electrónico para leer este tipo de libros que, desde hace unos meses, me interesan mucho. Son libros que no compraría en papel por su elevado precio, y porque quiero leer muchos, la verdad, lo que supondría una gran parte de mi presupuesto. 

Una de las cosas que vi buceando en Amazon aquel primer día fue que esos libros que me parecen tan interesantes tenían un precio que me gustó, así que decidí que invertiría en ellos. 

¿Y sólo en ellos? De momento sí, salvo con unos libros muy especiales: los Episodios Nacionales de don Benito Pérez Galdós. La edición en papel que tenemos en casa es de mi abuelo, un tomo enorme dentro de sus obras completas, y le tengo mucho aprecio, por lo que nunca la he llevado en el metro ni sacado de casa. Pesa también bastante, así que tener todos los Episodios Nacionales en un aparato tan ligero y tan pequeño me parece un lujo. Por ahora es mi única concesión. 

3. Comprar un libro cuando haya leído el que compré antes. 

Esto de comprar en Amazon es facilísimo. Con un click ya lo tienes y te lo descarga en segundos en el lector. Apenas te das cuenta del acto de comprar en sí. No tienes que buscar el billete al pagar, tampoco llegas a casa con una bolsa pesada ni encuentras que no tienes sitio en la estantería. Porque lo que acabas de comprar ni pesa, ni ocupa, ni se quedará encima de la mesilla de noche hasta que lo coloques. Por eso me he puesto este límite. Creo que va a evitarme compras compulsivas.

Además, comprando un libro al terminar el anterior me aseguro de que no me dejo el libro a medio terminar. Una de las cosas que menos me gustaba de los lectores electrónicos era la sensación de documento leído a medias, de abandonar a medio camino. Esto también pasa con los libros físicos, sí, pero con un Kindle ya no existe ese pinchazo que tenemos todos nosotros cuando vemos el libro encima de la repisa, con el marcapáginas colocado en el medio, recordándonos que no le terminamos en su momento.   



¿Alguno de vosotros también se ha puesto límites con su lector electrónico? 
¿Cuáles? 
Como soy nueva en esto os agradezco las ideas y sugerencias. 

1 comentario:

  1. En mi caso el lector se ha convertido en el medio con el que disfruto de autores que están empezando. Creo que en él solo tengo autores noveles y clásicos, que como te los encuentras gratis en muchos sitios... Poder llevarte en el bolso Ana Karenina sin que te pese es una ventaja tremenda!
    Besotes!!!

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